Conocí esta sucesión en el verano del 89’. Descansaba en Victoria, Entre Ríos, y por pedido de las familias Retamal, fui a Nogoyá a ver ese expediente. Vi que los estaban dejando de lado y borrando en sus legítimos derechos. Y de a poco me adentré en este nuevo mundo para mí. Luego se sumaron las familias Sayavedra. Y seguí con ellos hasta el final. A mitad del camino, se sumó la Doctora Liliana Cabrera Bustos, de Paraná, leal socia y amiga.
Podría ser un aburrido libro de derecho, pero, al contrario, es la historia de veinte años de mi vida donde hubo de todo, amenazas, intimidaciones y hasta un atentado. También, la de las familias enlazadas por esta sucesión desde 1850 hasta nuestros días, con sus vidas, amores, tristezas y alegrías, hasta lograr tener lo que era de ellos y se les negaba en forma sistemática por los poderes de turno.
Sigo creyendo en la ley, la justicia, la democracia. Trato de demostrarlo y de invitar a compartirlo. Pronto estará en venta.