Por Adelaida Wartensleben
¿Se logrará, alguna vez, encontrar un método de nombramiento de jueces donde los políticos de los otros dos poderes del Estado no tengan intervención?
Sí. Lo sé. Eso lo fija nuestra Constitución y las leyes que derivan de sus artículos; pretender que la reformen, va, justamente, contra los intereses de esos mismos políticos encargados de reformarla, salvo honrosas excepciones.
Esto es lo que pensé leyendo este impresionante libro escrito por la Dra. Eliana Mutio: La Sucesión Riera, Cosa juzgada írrita y fraudulenta.
Veinte años ¡Veinte años! Para que se haga justicia de acuerdo a lo que emana de la letra pura y exacta de la ley.
Veinte años de atropellos, de traiciones, de amenazas, de atentados contra su vida, de vaivenes económicos, de pérdida de seres queridos, de achaques que afectaron su salud.
Algo, que, si no hubieran pretendido meter la mano los intereses enquistados en el poder, hubiera transcurrido dentro de los tiempos lógicos que demora una sucesión.
La mayoría de nuestras provincias son feudos y se manejan como tales. El poder, son ellos, los políticos y gobernadores de turno, por lo tanto, la Ley, también son ellos y la acomodan de acuerdo con lo que les conviene hasta… que se topan con una profesional incorruptible como la Dra. Mutio y su colega en la provincia de Entre Ríos, la Dra. Cabrera Bustos.
Este libro es un libro necesario, ningún profesional, ningún estudiante de abogacía o de carreras afines, como las de ciencias económicas, donde también lidiamos con normas legales y con la voracidad del Estado, debería dejar de leerlo.
Su lectura es apasionante. Uno queda atrapado en esa historia que nace a mediados del siglo XIX; está tan bien escrita y estructurada que sentí formar parte de ella. Hasta se logra comprender lo que para muchos seguramente, ha de ser incomprensible, como lo es la terminología jurídica y sus pasos procesales.
Debemos lograr que la justicia sea realmente independiente, que la balanza que la representa no esté torcida ni para un lado ni para el otro. La justicia tiene que ser eso: Justa.
Nuestros jóvenes deben lograr que este consejo del viejo Vizcacha en el libro Martín Fierro de José Hernández, deje de ser realidad:
“Hacete amigo del Juez
No le des de qué quejarse
Pues siempre es bueno tener
Palenque ande ir a rascarse”
Ojalá la semilla que se ha sembrado con este libro rinda sus frutos; que, como se acostumbra a redactar en los escritos judiciales: SERÁ JUSTICIA.
Felicitaciones Dra. Eliana Mutio.